Y los días se me van, del ayer hasta el mañana,
esperando que tus ojos, sean luces que se acercan,
porque ya mi soledad, es un pan de antes de ayer,
vas llegando con el viento, y bajando como estrella,
ya éstas en la orilla, donde muere el silencio,
donde se hace la caricia, como beso y como flor.
Y se hace nada la nostalgia,
se hace grito nuestro beso,
se hace fuerza tu mirada,
se hacen rondas tus pisadas,
se hace nido tu sonrisa,
se hace puño tu palabra,
se hace dulce tu deseo,
se hace fuerte este amor,
se hace débil tu tristeza,
se hace añicos tu dolor,
se hace viento tu aliento,
se hace lágrima, tu alegría.
Es de aquí, que ya nacemos,
y nos vamos con el aire,
a entregarnos las palabras,
como versos que trajinan,
como armas que se mecen,
al vaivén de tus miradas.
Son marías tus caricias,
que me abrazan, como el viento,
son marías tus caminos,
que ya buscan mi pradera,
son marías tus sonrisas,
que se clavan en mi alma,
son marías tus pisadas,
que me alcanzan en el aire,
son marías tus abrazos,
que me tiñen con tu aroma,
son marías tus gemidos,
que se pierden en la noche,
son marías tus mañanas,
que me abrazan, con tu nombre,
son marías tus minutos,
que amarran, nuestras vidas.
Magno González Arrascue.
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