Cada mañana, respiro tu nombre,
esperando que llueva, una esperanza cautiva,
hacer de un día, un grande jolgorio,
escribir en cada silencio, tu rostro cercano.
Caber en mi alma , tu cariño sedoso,
llegar con mi mano, a tocar tu orgullo,
esperar mi camino, para unir con el tuyo,
alegrar mi camisa, que salta en mi pecho.
Esperar que un día, se acerque el tiempo
a jugar con el mío, en un día de fiesta,
juntar nuestras almas, y estrechar cada cielo,
crucificar nuestro orgullo, en aras de un beso.
Estaremos sumidos, en el agua y el viento,
esperando que lleguen, caricias y besos,
seguir andando, en los bordes del tiempo,
para saciar esta dicha, que gime adentro.
Ojala que lleguemos, a besar nuestra frente,
urdir con las manos, el amor que nos viene,
para ir en el viaje, a tocar nuestros vientos,
quedarnos unidos, como el agua en su lecho.
Magno González Arrascue.
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